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lunes, 18 de julio de 2011

La experiencia del hacer

Algunos fines de semana en mi casa, en la de mi madre, incluso en casas de familiares o amigos, me dedico a reparar, a restaurar o simplemente construir muebles; esto lo aprendí gracias a mi padre durante mi niñez, él falleció hace 5 años, era profesor de Construcciones Interiores en una Escuela Industrial y realizaba trabajos particulares relacionados con la construcción y restauración de muebles para así ayudarse económicamente.
Yo, siendo el mayor de mis 5 hermanos, ayudaba a mi padre en ésta labor, fue ahí donde aprendí todo lo relacionado con esta actividad, que actualmente practico como una forma de distracción y relajo personal, ya que rompe los esquemas de mi trabajo habitual.
Cada vez que hago alguno de estos trabajos, pienso inmediatamente en mi padre; pienso en lo que conversábamos cuando estábamos juntos y en su enseñanza, es como si estuviera junto a mí; creo que he encontrando en esos momentos la forma de tenerlo a mi lado otra vez; esto hace que me sienta muy bien emocionalmente, pero sobre todo, me ha permitido aprender que la experiencia es muy importante, lo digo a partir de mis vivencias, ya que me he encontrado en situaciones de difícil decisión, en las que mi padre tomaría un rumbo totalmente distinto al que yo seguiría, siendo que gracias a él forjé mi conducta e identidad. Por lo que la única respuesta que veo ante esto, se debe simplemente a los nuevos conocimientos  y tecnologías actuales que se encuentran en un cambio constante, y mi padre, al ser un poco renuente a los cambios, basaba sus decisiones en su conocimiento personal. Fue así como me di cuenta que al mezclar la experiencia, la teoría y la tecnología, se obtienen excelentes resultados ante cualquier situación. Lo veo reflejado en mi vida, en mi trabajo, en mi día a día, teniendo siempre presente a la gente de mayor experiencia en cada uno de los temas en que me deba desenvolver, a saber escuchar, atender y desarrollar  un proyecto de vida cada día mejor.